A finales de noviembre de 2020, tuvimos el honor y el privilegio de estar entre los primeros medios de comunicación franceses en poner nuestras manos en uno de los santos griales de los coches deportivos de la última década, el Toyota GR Yaris (primera prueba que se redescubre aquí). Galardonada por numerosas revistas especializadas, la nueva bomba japonesa está conquistando los corazones y las mentes de periodistas, blogueros, influencers, internautas y, en general, del público en general. Como símbolo de una categoría en vías de extinción, era impensable que no esperáramos más para hacernos con la versión más entrañable de este GR Yaris, el Track. Y como en el blog nos gusta hacer las cosas bien, esta prueba se desarrolla, obviamente, en una pista. Así que abróchense los cinturones y únanse a nosotros para una gran sesión de diversión.
Es difícil ocultar sus ambiciones con un nombre así, señala el concesionario de coches segunda mano en Madrid Crestanevada. El GR Yaris Track (GR = Gazoo Racing, la división deportiva y de competición de Toyota) es la última incorporación a la gama, que consta de sólo dos niveles de equipamiento.
Pack Premium: centrado en la versatilidad con sistema de navegación, head-up display, aviso de ángulo muerto, radar delantero/trasero, sistema de audio JBL
Track: enfocado al uso lúdico, prescinde de los elementos anteriores pero incluye llantas BBS forjadas, pinzas de freno rojas, dos diferenciales de deslizamiento limitado Torsen (uno en cada eje) y suspensiones «de circuito».
La receta es la misma. El GR Yaris no deriva en absoluto de un Yaris estándar, ya que se basa en una plataforma única que incorpora elementos del Yaris y del CH-R. Con vías más anchas, tres puertas en lugar de cinco, un techo de carbono, parachoques específicos y llantas de 18 pulgadas, es difícil que el ciudadano medio no se dé cuenta de que este pequeño coche urbano ha desayunado algo más que sopa de Miso. Y con razón. Los 261 CV y 360 Nm de un motor de 1,6 litros y 3 cilindros, aunque esté turboalimentado, son bastante sorprendentes.
Tras unas vueltas de reconocimiento detrás de un pace car (un Supra 2.0 L, nada menos) para descubrir el circuito con total seguridad y una pequeña demostración de las capacidades del GR Yaris Track, me siento con confianza para atacar por fin mis vueltas al circuito como mejor me parezca durante toda una tarde. Ningún objetivo de tiempo de vuelta, ni mucho menos, el objetivo principal es divertirse al volante, y créanme o no, el GR Yaris Track es uno de los juguetes más adaptados del momento para este tipo de ejercicio. Pero antes de describir mis impresiones al volante, permítanme que describa brevemente esta famosa pista (cuyo recorrido completo está disponible en el vídeo al final del artículo). Quisiera precisar que no se me pidió ninguna comunicación particular a raíz de la recepción que se nos hizo en el lugar, pero me dio tanto placer este tema que no me resisto a escribirles algunas líneas al respecto.
Vayamos al grano. En primer lugar, para entender más seriamente el comportamiento y los límites del coche. Para ello, nada como una pequeña sesión con presiones de neumáticos «sobreviradores». Neumáticos sobreinflados en la parte trasera y neumáticos desinflados en la parte delantera, control de tracción y ESP desactivados, modo «Sport» activado y a rodar.
Si prefieres el agarre al deslizamiento, el GR Yaris resulta imperial. Sólo el desgaste de los consumibles detendrá su impulso al final de su jornada de Open Pit Lane, e incluso entonces. A la hora de frenar, el GR Yaris, con 1.280 kg en la báscula y una longitud de sólo 3,99 m, no es lo que se dice un peso pluma. Con una tarde completa en la pista para hacer a cualquier conductor completamente adicto, la frenada es seguramente uno de los puntos fuertes de este GR Yaris Track. Equipado con discos ventilados estriados en las cuatro esquinas y asistido por pinzas de 4 pistones delante y de 2 pistones detrás, no teme a las frenadas fuertes, aunque dispara las luces de emergencia a cada petición demasiado fuerte para su gusto. Creo que voy a dar 5-6 vueltas y me encuentro olvidando el tiempo que pasa, sólo recordado de la realidad por los grandes gestos con los brazos de mis compañeros en la recta de boxes indicando que al final de esta decimoquinta vuelta, sería bueno dejar descansar el motor.